En las siguientes semanas, en el Congreso del Estado, no solo discutirán la reforma a la Administración Pública del Estado para una reestructura de las dependencias de estado, sino que cocinarán una reingeniería del poder legislativo con nuevas figuras y con cambios que estarán vigentes a partir del 15 de septiembre, fecha en que iniciará el segundo año de la LX Legislatura.
Esta reforma que se cocina para las siguientes semanas tiene que ver con las coordinaciones parlamentarias, con la Mesa Directiva y con echar a andar, por fin, una ley de austeridad que corte de tajo el salario de los diputados, promesa de Morena que se ha quedado en el tintero durante varios meses.
En primera instancia, dentro de las coordinaciones de los grupos legislativos nacerá la figura de la vicecoordinación, que tendrá labores de coordinador cuando la persona titular de cada partido no esté presente y ello no retrase las tareas legislativas.
Esta figura intentó adoptarse por el PAN en esta legislatura cuando fue nombrada Mónica Rodríguez Della Vechia como la titular del grupo parlamentario y quedaron como vicecoordinadores los diputados Oswaldo Jiménez y Raúl Espinosa Martínez.
Sin embargo, sería hasta el segundo año cuando sean nombradas estas nuevas figuras para desempeñarse en las tareas legislativas.
Del mismo modo, el amparar trabajos con vicecoordinadores radica en que la Mesa Directiva aumentaría su número de integrantes de cinco a siete.
Ahora mismo, la Mesa Directiva tiene un presidente, un vicepresidente, dos secretarios y dos prosecretarios que están para cuando haga falta un secretario.
La intención es que haya otro vicepresidente en la Mesa Directiva, es decir, dos, y además otra secretaría.
Aplicará austeridad
Tal como fue una de las promesas de campaña de Morena y de los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia, en el Congreso aplicarán la reducción salarial como parte de los principios de la “Austeridad Republicana”, que además tocará el recorte a los beneficios de los legisladores y al número de comisiones actuales en la Cámara de Diputados.
En un primer borrador, buscan reducir a la mitad los salarios de los diputados y terminar con lo que resta de sus apoyos como celulares, personal y demás prebendas.
Asimismo, en el caso de las comisiones, quieren agilizar el trabajo legislativo con sesiones más continuas en menos mesas de trabajo.
En ese sentido, el propio Gabriel Biestro ha manifestado que debe darse una reestructura al engranaje del Congreso, pues muchas iniciativas terminan en la congeladora y se heredan a futuras legislaturas.
Para ello, se propondrán dictaminaciones en menos de 30 días y, en caso de ser necesario, pedir ampliaciones.
Esta reforma a la Ley Orgánica del Congreso del Estado deberá pasar por fuerza por el pleno y deberá ser aprobada en una sesión extraordinaria, toda vez que este 15 de julio termina el tercer periodo ordinario de sesiones y se reabre hasta el 15 de septiembre, fecha para la que ya deben estar las adecuaciones.
Estos cambios podrían ser aprobados a la par de los cambios a la Ley de la Administración Pública del Estado, que plantea el gobernador electo Miguel Barbosa Huerta.