La llegada de la llamada Cuarta Transformación en 2018 llegó como un tsunami, lo cual hizo que muchos de los ganadores de la elección del 1 de julio no fueran los cuadros que esperaba el movimiento lopezobradorista.
Dicha situación sucedió en Puebla con algunos alcaldes que han brillado por su falta de resultados y por no estar en la misma sintonía de cambio de régimen, que promovió durante 12 años el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador.
Para muestra, resalta el caso de Felipe Patjane, alcalde de Tehuacán, quien robó portadas de diarios no por su trabajo en favor de la seguridad, sino por haber rentado un helicóptero para pedirle matrimonio a su novia, también funcionaria en el ayuntamiento de aquel municipio.
Su iniciativa representó una contradicción a los principios de la austeridad republicana y si bien queda en su vida privada el detalle de sus relaciones personales, el hecho sí es reprochable ante los resultados en la ciudad que gobierna.
Despunte en inseguridad, malos servicios públicos, peleas con Cabildo y acusaciones de negocios turbios y gastos superfluos son algunas de las “lindezas” de su gobierno de ocho meses.
Además, el buscar relacionarse con su novia, quien es directora de Cultura de Tehuacán, contraviene la Ley de Responsabilidad de Servidores Públicos.
La alcaldesa de Tecamachalco, Marisol Cruz, tampoco se ha caracterizado por brillar en el área de seguridad o de servicios públicos.
Pese a que tras cuatro años del gobierno del misógino Inés Saturnino López Ponce el estándar no fuera nada alto, Marisol Cruz ha logrado decepcionar a sus votantes y gobernados al dar malos resultados en los recientes meses.
Sobre el tema de inseguridad, terminó siendo el diputado federal, Gerardo Fernández Noroña, el que la evidenciara al publicar en Twitter que luego de una asamblea que tuvo hace una semana, le prometiera a la alcaldesa una reunión “con los altos mandos de seguridad” en el país.
Sin embargo, el diputado petista publicó que la alcaldesa nunca se presentó a la reunión y dejó plantadas a las autoridades, lo que muestra la falta de compromiso con sus ciudadanos y la 4T.
No obstante, quien se lleva las palmas en esta afrenta a la Cuarta Transformación, es la alcaldesa de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, quien tras ocho meses de gobierno ha dado nulos resultados para la capital poblana.
Quien ganó con autoridad el 1 de julio como parte de empuje de Morena a nivel nacional y la popularidad de López Obrador, no ha sabido capitalizar su triunfo y en vez de ello ha perdido credibilidad y seriedad entre los capitalinos.
Muestra de ello es la derrota que se llevó el partido vinotinto en la Angelópolis el 2 de junio pasado, cuando pasó Morena de haber sido el amo y señor de las elecciones en 2018 a ser derrotado por el PAN en la capital y zona metropolitana en la elección para la gubernatura.
Dicho triunfo panista lo habrá de capitalizar el partido blanquiazul como una comprobación que los poblanos capitalinos ya no están identificados con el partido hegemónico de 2018 y, sobre todo, que están en total descontento con Claudia Rivera Vivanco y su gestión.
