Este 12 de junio, la cancillería de la República Popular China emitió el mensaje más fuerte de la historia contra Estados Unidos. Pocos medios han hecho eco al respecto y la propia cancillería lo suprimió de su comunicado oficial, pero ante la amenaza constante de Donald Trump de endurecer la guerra comercial con China y “desacoplar” ambas economías, China ha respondido que no tiene miedo y puso sobre la mesa la posibilidad de dejar de comprar deuda norteamericana.
Pero, ¿qué implicaciones tienen estas declaraciones? Vayamos por partes para entender la gestación del cambio del orden hegemónico mundial.
Donald Trump ganó la presidencia en 2017 con el lema “Hacer a Estados Unidos grande otra vez”. No era solo filosófico, en ese año, China rebasó el volumen de comercio internacional de Estados Unidos y se convirtió en la primera potencia económica. Desde 2018, le declaró una guerra comercial que ha consistido en poner barreras a la entrada (aranceles) a los productos chinos.
La finalidad de un arancel es que el precio del producto se encarezca y por tanto baje la demanda. Al gravar con aranceles los productos chinos el consumo disminuye y el comercio internacional de China se contrae. La respuesta de China ha sido recíproca y ha gravado con aranceles los productos norteamericanos. Se trata de un juego peligroso donde miden fuerzas de resistencia ambas economías.
La semana pasada Donald Trump sugirió que el “acoplamiento” de ambas economías podría llegar a su fin. Esto significaría el rompimiento total de las relaciones comerciales entre ambos países. Pero, China es ahora el principal socio comercial de Estados Unidos y viceversa. Anualmente las empresas estadounidenses venden a las empresas chinas más de 700 mil millones de dólares obteniendo ganancias superiores a los 50 mil millones. Diariamente viajan de Estados Unidos a China más de 14 mil personas. Desacoplar las economías significaría una recesión mundial mayor a la de 2008 (que fue la más grande de la historia).
Y aunque China ha declarado no querer una guerra comercial, también ha dicho que no se amedrenta. Incluso su política económica parece indicar que se ha venido preparando ya desde hace algún tiempo. Ha aumentado sus inversiones por todo el mundo y ha iniciado una seria relación comercial y financiera con Rusia, otrora la segunda economía del mundo.
El pasado fin de semana, mientras en México celebrábamos la cancelación de los aranceles que Estados Unidos pretendía imponernos, el presidente de Rusia Vladimir Putin se reunía con el presidente de China, Xi Jinpin. En el encuentro se hizo un llamado por romper la hegemonía del dólar americano. En esta semana, China lanzó el Yuan-oro y el petro-yuan como paridades cambiarias para realizar comercio internacional y dejar de usar el dólar. La respuesta de Rusia ha sido inmediata y ha cambiado sus reservas monetarias a yuanes oro.
Estados Unidos sigue teniendo las reservas de oro más grandes del mundo resguardadas por un banco central; aun si China y Rusia juntaran sus reservas apenas serían la mitad de las estadounidenses. Sin embargo, las reservas totales de China (oro y otras divisas) superan en 28 veces las reservas totales de Estados Unidos. Las reservas totales de China y Rusia son 31 veces mayores a las de Estados Unidos.
Lo que China y Rusia han estado haciendo en los últimos años es cambiar la estructura de sus reservas, están disminuyendo otros activos y han aumentado drásticamente las reservas en oro. En la siguiente gráfica se observa como desde 2002, ambos países superaron a Estados Unidos en la velocidad de acumulación de reservas de oro, pero fue después de la crisis de 2008 que la brecha se amplió. De 1995 a la fecha Estados Unidos aumentó sus reservas de oro en 150%, Rusia y China, en 350%.
Elaboración propia con datos de los bancos centrales de cada país
Si esta tendencia continúa, dentro de 5 años las reservas de oro de Rusia y China superarán a las de Estados Unidos y en menos de 10 años las reservas de oro de China habrán superado a Estados Unidos. En otras palabras, si la alianza rusa-china continúa, los días del dólar están contados. Este tiempo podría acortarse si sumamos dos factores más: China hará efectivo que quienes quieran comerciar con ellos dejen de usar dólares y usen yuanes-oro o petro yuanes y si China cumple lo que declaró su canciller: “dejar de comprar deuda estadounidense”.
Nunca un país había declarado tal cosa, ni la Unión Soviética en plena guerra fría. Esto tiene a los mercados nerviosos. China espera un cambio gradual, pero la torpeza de Trump podría arruinarlo todo. Parece ya inevitable que China será el nuevo hegemón, ¿estamos listos?
*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos