Durante el periodo neoliberal, Estados Unidos, a través del Consenso de Washington, pidió a las naciones latinoamericanas privatizar las empresas públicas. Los fieles lacayos del imperialismo, el grupúsculo que usurpó el gobierno durante ese tiempo, se apresuraron a cumplir las órdenes. De esta manera, de Salinas de Gortari y hasta Peña Nieto entregaron/regalaron a los capitales privados las empresas del pueblo.
De las privatizaciones surgieron las fortunas de los que hoy se ostentan como los hombres más ricos del país. En la mayoría de los casos las empresas fueron vendidas a un precio muy menor al que tenían en el mercado y bajo transacciones opacas que también aumentaron la fortuna de los políticos.
Fue un festín de corrupción que carcomió todos los niveles del gobierno, pero llegó Andrés Manuel y mandó a parar; ya se les acabó la diversión, ya cayó el primer oligarca: Alonso Ancira Elizondo, un pájaro de cuenta, dueño de Altos Hornos de México, empresa que le regaló Salinas de Gortari y defraudador de Agro Nitrogenados. Pero la corrupción requiere al menos dos personas, la contraparte es Emilio Lozoya Austin, el brillante itamita consentido de Peña Nieto y quien fungió como director de Petróleos Mexicanos.
La historia data de 1991, Fertimex era la empresa pública de fertilizantes, fue dividida en 13 unidades productivas, una de ellas Agro Nitrogenados. Esta última fue vendida a Ancira en 150 millones de dólares, un valor hasta 40 % menos al que figuraba en los libros contables. La empresa estuvo activa hasta 1999, año en que se paró para siempre.
En 2014, aun cuando la empresa estaba sin funcionar y su maquinaria había sido convertida en fierro viejo, el gobierno de Peña Nieto, por medio de PEMEX, adquirió nuevamente a Agro Nitrogenados, sólo que ahora con un precio de 475 millones de dólares, 3 veces más de lo que el gobierno recibió en 1991.
Fue un negocio redondo, el gobierno vende empresas baratas y una vez que dejen de funcionar se las devuelven para recuperar 3 veces su dinero. Así saquearon las arcas del pueblo, así hipotecaron nuestro futuro.
En la siguiente gráfica se muestra el saldo financiero de PEMEX de 1993 a 2018, observe cómo los saldos se mantienen estables hasta el año 2001, el tiempo de las vacas gordas por los altos precios internacionales de petróleo y que Vicente Fox dilapidó aún no sabemos en qué. A partir de la crisis de 2009 las finanzas de PEMEX no se recuperaron. Las pérdidas se profundizaron en el sexenio de Peña Nieto, la caída más pronunciada se observa en 2014 y 2015, momento en que se hicieron las recompras de empresas chatarras y se compraron por sobreprecios una infinidad de materias para beneficiar a Odebrecht.
Elaborado con datos de PEMEX, informes financieros consolidados
La sangría financiera de PEMEX alcanzó en 2014 los 132,693 millones de pesos, es decir, la compra de los fierros viejos equivalió al 15 % de la deuda de ese año y a 30 % si reconsideramos las inversiones aprobadas para la empresa. En 2015, el saldo negativo fue 146,856 millones y en 2016 fue de 102,000 millones. En total, sólo de estos tres años, fueron 380,000 millones de pesos que equivalen a 8 años de presupuesto de la UNAM.
En esta columna hemos denunciado desde hace tiempo que PEMEX fue quebrado de manera intencional, hoy empiezan a salir a la luz las pruebas. Los políticos corruptos no sólo estaban robando a PEMEX, estaban robando al pueblo, por ello reiteramos lo que hemos dicho anteriormente, deben ser juzgados por traición a la Patria.
Cuando llegó López Obrador, la prensa y los neoliberales lo criticaron por querer salvar a PEMEX, rabiaron por el plan de recuperación de la soberanía energética, hoy sabemos por qué. Su negocio se les cayó. ¡Contra la corrupción, ni un paso atrás!
*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos