Seúl.- Un hombre de 62 años de edad se convirtió este lunes en el tercer taxista que se prende fuego en la capital de Corea del Sur en protesta por el servicio privado de transporte de personas, que a pesar de las regulaciones sigue su expansión.
Como en los otros dos casos, que costaron la vida de los taxistas, el hecho ocurrió frente al edificio de la legislativa Asamblea Nacional, aunque en esta ocasión el conductor tras prenderse fuego sentado en su vehículo, fue rescatado y llevado a un hospital cercano.
En los tres casos se trata de una protesta contra el servicio de transporte privado que ofrece la empresa Kakao, que lo suspendió tras los primeros dos incidentes, recordó un despacho de la agencia Yonhap.
Esta empresa enfrentó la primera ola de protestas el pasado octubre cuando anunció un plan para ampliar su oferta de transporte y ofrecerla como empresas similares lo hacen en el resto del mundo, pues hasta esa fecha recurría a los taxistas autorizados.
En 2015 la Asamblea Nacional surcoreana emitió una ley que permite el servicio de aplicaciones para solicitar servicios de taxi pero solo con conductores autorizados, y cuando se trate de horas de gran demanda sí puede recurrirse a conductores sin ese permiso.