
Entre todas las cosas que México le ha dado al mundo, una de las menos reconocidas es el sistema de lotería, que fue inventado hacia la segunda mitad del siglo XVIII y cuyo sistema ha servido como base a las loterías más famosas del orbe, principalmente en el contiene europeo.
La Lotería Nacional que conocemos hoy cumplirá este 7 de agoto 248 años de vida, luego de que su inauguración oficial fuera en 1770, durante plena etapa de la Colonia.
Su historia se remonta a la época borbónica durante la etapa de Carlos III y del virrey Marqués de Croix, quienes apoyaron el proyecto de crear una lotería basada en los esquemas de Nápoles e Inglaterra, pero con un mejor sistema, más sencillo y racional que fue adoptado un año después por las loterías de los reinos de Europa.
De tal manera, el primer sorteo de la entonces Real Lotería General de la Nueva España se llevó a cabo el 13 de mayo de 1771 y 10 años después se dio la primera entrega de las ganancias para la asistencia pública con el apoyo al Hospicio de Pobres.
Durante aquella época colonial se dieron bastantes proyectos auspiciados por las ganancias de la lotería que se comenzaron a replicar al interior del país y no solo en la capital, pero uno de los grandes proyectos fue la terminación del Alcázar en el Castillo de Chapultepec.
Para los tiempos de la guerra de independencia, el entonces Virrey Félix María Calleja se apoyó de esta institución e instruyó loterías en las que estaban obligados a comprar sus billetes todos los empleados de gobierno, nobleza, ejército y clero para así mantener al ejército realista.
Cuando se consolida la independencia, Agustín de Iturbide crea la Dirección General de Renta de Lotería del Imperio Mexicano, misma que ya en el México independiente hacia 1824 se fusiona con la Academia de Bellas Artes de San Carlos y se crea para apoyar a artistas que logren ir a Europa a estudiar y regresar a México.
Hacia los tiempos del juarismo, Benito Juárez prohibió tajantemente que hubiera loterías a la par de la Lotería Nacional, que usó para financiar la construcción del Ferrocarril México-Toluca y por ende, la instancia de gobierno llegó a rango constitucional en la Carta Magna de 1857.
Ya con Porfirio Díaz y el permiso para varias loterías paralelas a la Nacional, las ganancias obtenidas se usaron para obras como el Hospital General, La Castañeda y el Kiosko Morisco, que era el lugar donde se celebraban las loterías en el corazón de la Alameda Central hasta que fue movido a la Alameda de Santa María la Ribera en 1808, donde está ahora.
Durante su mandato, Venustiano Carranza suspendió la Lotería Nacional y fue hasta 1920 que Adolfo de la Huerta creó la Lotería Nacional para la Beneficencia Pública.
Para 1934 se movió a la Colonia Tabacalera, donde inició la construcción del Edificio Moro, mismo donde hoy está su sede central y que resultó en su momento el edificio más alto de México y el más alto del mundo de la corriente Art Decó, inaugurado en 1946.
De hecho en 1950, año en que México se unió a la televisión, las primeras transmisiones de hicieron desde el piso 13 de este inmueble.
Es la Lotería Nacional uno de los legados de México al mundo; sin embargo, desde hace varios años sus recaudaciones han sido opacas ante las reformas que obligan que sus ganancias sean canalizadas a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.