
Hace algunos años, el Museo de los Ferrocarriles era uno de los más concurridos por poblanos y turistas. El atractivo de ver máquinas antiguas provocaba que chicos y grandes pasaran momentos divertidos, llenos de aprendizaje.
Hoy las cosas lucen distintas. Una fachada en reparación da la bienvenida a los pocos visitantes que pagan 25 pesos por entrar a este museo, que desafortunadamente ha dejado de ser atractivo.