Bagdad.- Las fuerzas iraquíes se dirigen hacia la mezquita Al-Nuri de Mosul, donde el máximo líder del grupo yihadista Estado Islámico (EI), Abu Bakr al Baghdadi, proclamó su califato hace tres años, informaron hoy fuentes castrenses.
El Ejército iraquí, apoyado por la coalición internacional dirigida por Estados Unidos, comenzó este miércoles la última etapa de su ofensiva contra el EI en Mosul, buscando la liberación de la mezquita Al-Nuri, lugar desde donde Al Baghdadi ofreció su único discurso en público aquel 30 de junio de 2014.
Las tropas iraquíes lograron rodear el bastión del grupo extremista en el Casco Viejo de Mosul, donde se encuentra la mezquita del siglo XII y unas 100 mil personas están atrapadas por los combates y bombardeos.
El Ministerio de Defensa de Irak aseguró que sus fuerzas destruyeron un arsenal de armas en la zona y abatieron a decenas de yihadistas en las regiones aledañas a la mezquita.
La batalla por la Ciudad Vieja de Mosul se ha convertido en una de las más difíciles y que más víctimas mortales ha dejado en los ocho meses de ofensiva para la reconquista de Mosul, la “capital de facto”' del EI en Irak y la segunda ciudad más importante del país.
El Ejército iraquí, con el apoyo de los kurdos, las milicias chiitas y la coalición internacional dirigida por Estados Unidos, comenzó el pasado 17 de octubre una gran ofensiva para recuperar Mosul, más de dos años después de haber caído en manos del grupo yihadista.
La ofensiva en Mosul, que podría ser una de las mayores operaciones militares en Irak desde la invasión encabezada por Estados Unidos en 2003, podría dejar más de un millón de desplazados, según han advertido varias organizaciones humanitarias.
Según el Ministerio iraquí de Migración, más de 700 mil civiles se han visto obligados a desplazarse desde febrero pasado, cuando comenzó la ofensiva en la parte oeste de Mosul, un mes después de recuperar el oriente de la ciudad, reportó este miércoles el sitio Iraqi News.
Mosul, la segunda ciudad del país y el último feudo urbano del EI en Irak, cayó en manos de los yihadistas en junio de 2014, cuando fuerzas del gobierno iraquí abandonaron sus armas y huyeron, lo que permitió a los extremistas apoderarse del norte y oeste del país.