Washington.- El vocero de la presidencia estadunidense, Sean Spicer, dispuso que para combatir las filtraciones a la prensa desde la Casa Blanca, se hagan inspecciones aleatorias a los teléfonos del personal que trabaja en la oficina de prensa del recinto.
La medida, revelada por el diario POLITICO, que citó a miembros de la oficina de prensa, fue adoptada en momentos en que la Casa Blanca intensificó sus esfuerzos para atacar las revelaciones sobre contactos de personal de la campaña presidencial del mandatario Donald Trump con funcionarios rusos.
De acuerdo con el diario, varios subalternos de Spicer fueron llamados a la oficina del portavoz a una “reunión de emergencia”, y fueron instruidos a dejar sus teléfonos sobre una mesa para asegurarse de que no los utilizaran.
Flanqueado por abogados de la Casa Blanca, Spicer comunicó que el uso en sus teléfonos de las aplicaciones ‘Confide’ y ‘Signal’, que destruyen información cifrada después que ésta ha sido leída, similar a otra llamada ‘Wickr’, constituye una violación de la Ley Federal de Registros.
La ironía del incidente es que el esfuerzo de Spicer para controlar las telecomunicaciones del personal de la Casa Blanca y así detener las filtraciones terminó siendo difundido a la prensa por fuentes anónimas provenientes de su propia oficina.