En próximos días, el caos vial que trajo la magna obra del trienio de Enrique Doger Guerrero, el distribuidor 475, cesará tras 10 años de constantes problemas y accidentes.
Fue en 2006 cuando Doger Guerrero anunció con bombo y platillo su magna obra, que tuvo una inversión de 168 millones de pesos fueron pagados a la empresa Puentes de Chihuahua.
El proyecto incluyó un paso inferior deprimido sobre el Circuito Juan Pablo II; un paso inferior vehicular sobre la calle 25 Sur; un acceso que resolvería la vuelta izquierda del circuito hacia la Vía Atlixcáyotl y una gaza derecha de vuelta izquierda de la 25 Sur hacia el Circuito Juan Pablo II. Así como las rampas que conectaban de la 25 y Circuito Juan Pablo II hacia la misma arteria.
Sin embargo, durante 10 años la magna obra dogerista solo causó la molestia de los poblanos, que acusaron su mala planeación, ya que en horas pico el tráfico era caótico, ocasionado infinidad de problemas.
La reconstrucción del nuevo Nodo Vía Atlixcáyotl es 115 % más caro de lo que costó el 475, es decir, 362 millones de pesos, 75 % de los recursos son estatales y 25 % del ayuntamiento -90.5 millones, 46 % menos que el 475- en una obra que tuvo que ser demolida en toda su estructura.
Es así que el proyecto de la presente administración municipal -que será inaugurado en los próximos días- consiste en ampliar a dos carriles el acceso que conduce del Circuito Juan Pablo II a la Vía Atlixcáyotl, con lo que se ampliará la capacidad vehicular de 1,800 a 3,600 vehículos por hora y resolverá los problemas de tráfico.
De igual manera, contempla dos carriles el acceso por la 25 Sur. La obra también tiene un puente atirantado. Además del mejoramiento del paso deprimido y las laterales que conectan tanto al circuito como a la Vía Atlixcáyotl.