El diseñador holandés Mark Sturkenboom tuvo la original idea de crear una caja de memorias llamada “21 gramos”, la cual incluye un juguete sexual en el que se pueden guardar las cenizas del ser querido que falleció.
Pensando en qué era lo que más extrañaba una viuda de su esposo aparte del cariño, las charlas y la confianza, Sturkenboom tomó en cuenta el sexo. Cabe señalar que la idea surgió a partir de que el diseñador observó a una anciana viuda que siempre le hablaba con dulzura a una urna que contenía las cenizas de su marido.
La caja tiene como objetivo que las viudas, o cualquier mujer que pierda a su pareja, puedan recordar una noche de intimidad con sus amados, incluso con una botella con la esencia de su perfume favorito y la música que los enamoró a través de un amplificador que tiene dicho invento.
“Abre una ventana para volver a los momentos de amor e intimidad, no es solo un modo para tentar a una persona a revivir una noche íntima con su amor nuevamente, también es una acusación contra el inevitable paso de la vida”, señalo el diseñador.
La caja tipo gabinete se abre con una llave en un collar, lo cual asegura la intimidad entre la mujer y las cenizas de lo que algún día fue “su media naranja”.