Secuestradores pensaron que estaba muerto y lo arrojaron en un pozo de unos 10 metros en el municipio de Chapulco, en la región de Tehuacán.
La víctima abrió los ojos y estuvo varios días en el pozo, hasta que empleados de la empresa Ferrosur escucharon gritos y se acercaron.
Los empleados pidieron apoyo de Bomberos y paramédicos, quienes sacaron al joven de 23 años y se identificó como Benjamín “N”.
Debido a su mal estado, fue trasladado a un hospital de Tehuacán.
El masculino dijo que fue plagiado la semana anterior por policías municipales de Nogales, mientras él estaba en un bar.
Luego lo golpearon en la cabeza para matarlo y como los uniformados creyeron que estaba muerto lo arrojaron al pozo.
Antes le habían dicho que pedirían un rescate a su familia. Las autoridades ministeriales ya abrieron las carpetas de investigación.