La historia de Santiago Pérez Grovas inició como una casualidad. Una amiga abogada quería iniciar una carrera en el mundo del modelaje, así que le pidió a este joven que le tomara unas fotografías para su portafolio.
Santiago que en ese entonces era estudiante de arquitectura, y por ende tenía alguna capacidad técnica, aceptó fotografiarla con su cámara profesional.
Curiosamente semanas después, cinco amigas de la abogada le pidieron que las fotografiara con poca ropa, y así comenzó a crecer su fama y a fotografiar a más chicas en ropa interior.
Pero sería, para variar en esta era del social media, hasta que Santiago llegó a Instagram cuando saltó a la fama.
Cuando el joven se unió a esta red social en pocos meses ya tenía más de 50,000 seguidores, y con eso, algunas marcas lo buscaron para promocionar sus productos en sus redes sociales, tanto que le pagaban avión y hospedaje para visitar a modelos en México y Estados Unidos.
“Empecé a dedicarle cada vez más tiempo a esto. Cada día me llegan oportunidades nuevas. Y no podría estar más feliz”, dijo el joven en una entrevista con la revista Esquire.