Busca Iglesia transformarse ante caída de fieles

Busca Iglesia transformarse ante caída de fieles

Foto: Enfoque
Los jerarcas de la Iglesia Católica saben que la transformación es urgente. La cifras de creyentes van a la baja y aún más es la reducción de practicantes devotos. Ante la caída de seguidores, la arquidiócesis de Puebla ejecuta desde el lunes su renovación, unas 200 personas, entre sacerdotes, religiosas y laicos definirán las acciones que tomarán ante los nuevos retos de la Iglesia Católica.   A juzgar por las acciones de la Iglesia Católica en los últimos meses y a nivel mundial, la renovación es tan urgente como la adaptación al cambio, a las sociedades digitales y a la humildad e identificación con los pobres. El índice de creyentes en México aún es alto, pero va a la baja. Con ese contexto este lunes, martes y miércoles tendrá lugar el Quinto Sinodo Diocesano en el Seminario Palafoxiano.   El Sínodo y sus estrategias   Ayer, Víctor Sánchez Espinosa, arzobispo de Puebla, informó que el sínodo pretende legislar sobre toda la vida de la Iglesia en Puebla. “El obispo tiene que legislar pero ahora se hace ayudar de los sinodales que están convocados”.   "En el sínodo se busca legislar sobre toda la vida de la iglesia en Puebla. El obispo tiene que legislar pero ahora se hace ayudar de los sinodales que están convocados", destacó el lunes Sánchez Espinosa.   Este martes, en conferencia de medios, el obispo auxiliar, Eugenio Lira Rugarcía, detalló que los temas abordados son la cercanía con los fieles, el uso de la tecnología, la misión permanente, la planificación pastoral; la formación de los agentes pastorales y el encuentro con los principios católicos.   Lira Rugarcía informó además que este sínodo será también un órgano de gobierno que establecerá los nuevos lineamientos de la iglesia católica para la gran evangelización de los próximos años.   "El sínodo diocesano no es sólo una actualización de la iglesia, es un instrumento de gobierno", dijo.   Los números de la iglesia en México   Hasta 2010, en México, había 99.6 millones de católicos, según las cifras de la Oficina Central de Estadística de la Iglesia. Este mismo organismo indica que en aquel año el número de sacerdotes era de 12,328, es decir, cada sacerdote debería atender a unos 6,137 fieles.   Tales datos revelan una conclusión lógica: aunque persiste el gran número de creyentes en México -pero a pesar de ello también en ese universo hay una tendencia a la baja-, la fe va perdiendo fuerza pues los mexicanos ya no ven como opción el sacerdocio.   El número de sacerdotes, hasta 2010, era de unos 16,234 y los seminaristas cada vez son menos, apenas 6,495 eran los que comenzaron su vida en el Seminario Mayor -el seminario menor es destinado para los jóvenes que estudian la preparatoria-. El que un seminarista ingrese a la preparación mayor no implica que se convierta en sacerdote.   Si las cifras de la Iglesia Católica no son para nada alegres, aún son peores las de las instituciones públicas. Incluso, la diferencia en el número de practicantes causó inconformidad entre los representantes de la grey católica y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.   En el Censo de Población y Vivienda 2010 de esta institución, el número de católicos detectado fue de 93 millones, seis millones menos de los que asegura la Iglesia Católica tener en México. Para este organismo oficial, un 83.9 % de la población en el país es católica.
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