Confiamos en las excusas para evitar los riesgos, para explicar el fracaso, para resistirnos a los cambios, para proteger nuestro amor propio.
La excusa es una forma de decir...No es mi culpa.
Es curioso, pero la inteligencia no es una defensa contra las excusas.
Si podemos salvar el primer obstáculo y despertar de nuestro letargo, podemos invertir la gravedad emocional. Podemos hacer que funcione a nuestro favor y no en contra.
Si nos obligamos, por muy deprimidos que estemos, a ir a una fiesta, es probable que en algún momento nos sorprendamos charlando animadamente y nos olvidemos de nuestra depresión.
La sociabilidad desplaza a la tristeza, la mente no puede contener las dos actitudes a la vez, por lo menos no con la misma intensidad.
Comprometernos, involucrarnos, obligarnos, son los mejores remedios para combatir la parálisis emocional, la naturaleza nos creó para ser criaturas curiosas, inquietas, creativas. El estado de inercia no es el normal.
Las excusas nos mantienen inertes, el truco para dejar de poner excusas consiste simplemente... en dejar de ponerlas. En establecer un límite, dicen que el infierno está empedrado de buenas intenciones...las excusas son las piedras que cubren el pavimento.
Notas Relacionadas
Asaltos “imparables”: la inseguridad va sin freno en el transporte público de Puebla
30 de abril de 2025
Parquímetros con cuota doble: el regreso disfrazado de los franeleros
30 de abril de 2025
Ceci Arellano reafirma compromiso del SEDIF y del gobernador con la niñez poblana
30 de abril de 2025
Lupita Cuautle lleva alegría y diversión a niños sanandreseños
30 de abril de 2025
Atlixco invita al cierre de ciclo de talleres en la Casa De Cultura
30 de abril de 2025
Gobierno de Puebla otorga apoyos al emprendimiento de migrantes en retorno