México lo sabe; los sonorenses tienen el recuerdo a flor de piel; y desde luego que los padres de familia tienen presente el día como se hubiese sido ayer. El incendio de la guardería ABC, en el que murieron 49 niños y cuando menos 100 más resultaron con lesiones de consideración, cumple este día tres años y a esta distancia el malestar de la gente no ha disminuido. Y es que si bien van en aumento los milagros de vida protagonizados por niños que han salido adelante, sigue sin haber un ejercicio pleno de justicia contra cada uno de los autores por negligencia de este incendio.
Las quejas de los padres de niños sobrevivientes son constantes. El IMSS no está cubriendo los viáticos derivados de los viajes a Estados Unidos para las cirugías reconstructivas, ni el Gobierno Federal está pagando como lo ofreció, los gastos escolares de los menores. Afortunadamente para las autoridades, es más el amor propio, la dignidad y el interés de los padres de familia en la evolución de sus hijos, que la sed de justicia y el reclamo airado al exgobierno de Eduardo Bours y el saliente gobierno de Felipe Calderón.
De hecho, son los deseos de salir adelante expresados por los niños la mejor tabla de salvación que han tenido funcionarios como Juan Molinar Horcasitas, entonces titular del IMSS, porque con todo y la protección del presidente así como de su partido político, si los afectados por el incendio de la guardería ABC se lo hubiesen propuesto sin duda habrían conseguido consecuencias mayores para este personaje, quien por cierto ni siquiera se inmuta cuando es increpado públicamente por el oscurantismo con el que se operaban las guarderías subrogadas del Seguro Social.
Por desgracia, los intereses políticos han sido el freno para la verdadera justicia en el caso ABC. Aunque si bien es cierto que Molinar no podía supervisar personalmente cada estancia, también lo es que fue en su administración cuando se permitió una red de ineficiencias y corrupción que al final exhibieron cómo una guardería funcionaba sin las condiciones mínimas de seguridad.
A tres años de distancia, varios políticos se desmarcan del tema del incendio por un supuesto respeto a los deudos, aunque en realidad parece que si no hablan es porque sencillamente no tienen nada valioso qué decir. Tal es el caso de los candidatos a diputados y senadores del PRI y del PAN en Sonora, que acordaron no hacer proselitismo hoy como parte del día de duelo que se vivirá en aquella ciudad.
Pero si los candidatos de ambos partidos prefieren retirarse de la escena este 5 de junio, no es por solidaridad o como parte de algún movimiento, sino porque estos institutos políticos tienen muchas cuentas pendientes con los ciudadanos de aquel Estado y eligieron recluirse para no ser objeto de críticas ni acusaciones. Al PAN por obvias razones, se le lapidará mucho más ya que era un funcionario del Gobierno Federal el que encabezaba el mando de una institución con fuertes vicios como la corrupción. Al PRI, se le puede condenar porque una administración del tricolor permitió que funcionara la guardería aún sin cubrir los estándares mínimos de seguridad. Pero por supuesto que no les conviene asomarse a la calle este día.
La gran interrogante ahora es ¿qué estarán pensando los candidatos presidenciales de esos partidos sobre los hechos de la guardería ABC? No sé Enrique Peña, pero queda muy claro que la candidata del PAN ha demostrado muy poco interés en el asunto cuando se limita a “pedirle” a Juan Molinar que se mantenga al margen de su campaña, en tanto se deslinda su responsabilidad en este incendio.
Entonces, después de meses de formar parte de su equipo cercano y teniendo apalabrado un cargo de cierto nivel en caso de una remota victoria de Josefina, es hasta ahora cuando le piden a Molinar que se aleje para no dañar la imagen de la nueva jefa. Hasta parece burla que la candidata “diferente” cometa el bodrio de esconder al exdirector del IMSS mientras pasan las elecciones y las cosas se calman un poco, porque si en verdad le importara el caso jamás habría incorporado a Molinar y hasta habría tomado su distancia de él hace mucho tiempo.
Pero como ya se dijo: los padres de familia de la guardería ABC están concentrados en la recuperación de sus hijos, mientras que quienes los perdieron quizá han encontrado que para sanar el dolor no basta con ver tras las rejas a todos los responsables de los lamentables hechos. Lo que quizá no han visto los políticos y quienes se empeñan en hacer como que nada pasó, es que más allá de los padres de los 49 niños fallecidos existe una sociedad que no olvida, que no olvidará en mucho tiempo y que mantiene con lucidez el recuerdo de aquel 5 de junio de 2009.
Los familiares se están recuperando todavía, mientras que la gente tiene hoy en sus manos la exigencia de justicia contra todos los culpables.
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